No llego a leer todo lo que quiero leer. Todo lo que me rodea se ha convertido en un lugar para apoyar material de lectura y lápices negros. Cada tanto, el cuerpo me pide un respiro y debo buscar en la no-biblioteca esparcida por toda mi casa, dos o tres versos de Pizarnik, de Idea, de Gelman, de Gamoneda. Disfruto de casi todo lo que leo, pero los que he elegido como clásicos me proporcionan una paz que ningún otro autor puede darme.
lunes, 19 de mayo de 2014
Demorarse
en la belleza del
mundo
el filo de un
pasto
bajo el viento:
un cuchillito
verde.
domingo, 18 de mayo de 2014
Mirá qué bueno, el Sanatorio Franchin tiene una página donde interactúan profesionales y jóvenes pacientes. Me convocaron para todos los meses haga un aporte de poesía para compartir. Estoy convencida de que la poesía despierta el cuerpo y el alma y los pone en movimiento. La poesía también sana. Mi tarea consiste en elegir poesía para ofrecérsela al grupo de adolescentes que visita esta página, sugerida por los médicos. En mayo elegí a Jorge Boccanera, con su Palma Real. Si te gusta la idea, ponele ME GUSTA a la página. La poesía necesita gente que se ponga en marcha.